Historia de nuestra Peña

Nuestros antecedentes se remontan a 1985, cuando un grupo de amigos, todos aficionados al flamenco, empezamos a reunirnos una vez por semana en el Bar Restaurante Lo Cea para hablar de flamenco, y esporádicamente, contratábamos a algún cantaor y guitarrista amigo, para amenizar estas tertulias. Pasados algunos meses, nos atrevimos a organizar alguna cena en el citado establecimiento.



En el año 1987, ya de una manera más organizada, le fuimos dando a esas reuniones forma y estructura de una asociación. Buscamos un nombre y nos decidimos por Rafael Flores Nieto "El Piyayo", por el hecho de ser malagueño, por haber creado un estilo muy peculiar y porque durante un tiempo estuvo vinculado a una gitana del Rincón de la Victoria.



Los socios fundadores fuimos: Juan Manuel Castro Avellan, que fue el primer presidente, Domingo Conejo Cebrián, Manuel Reina Olmedo, José Doblas Rojano, Enrique Cestino Ruíz, José Gallego Muñoz, Manuel López Ramírez, Manuel Palomo López, José Mena Millán, Antonio Aparicio Robles, Juan García Chaparro, José Martín Martín, Joaquín Montoro Vaca, Juan Esteban Sánchez, Antonio González Fernández, Antonio Muñoz López, José Triano Rodríguez, Pedro Ruiz Rodríguez, Antonio Gallego Muñoz, Pedro Moral García, Pedro Higueras Zurita, Antonio Fernández Gutiérrez, Antonio González Fernández, Francisco Díaz Sánchez, Andrés Estebanez Galvez, Rafael Delgado Muñoz, Rafael Mérida Hurtado, José Luis Barbero Guerrero y José Antonio Ruiz Sánchez.

Hasta 1989, estuvimos realizando actividades, tales como encuentros flamencos, veladillas flamencas, I y II concurso de Cante Flamenco y concursos de Saetas.

En ese año, como consecuencia de sucesivas reuniones, dimos otro paso al plantearnos la necesidad de aportar algo más al flamenco; algo totalmente distinto a lo que realizaban otras asociaciones parecidas y que realmente se viera, en el futuro, la labor desarrollada por nuestra Peña. Aquel esfuerzo tan intenso merecía servir a objetivos más trascendentes que el mero hecho de que una cuadrilla de amigos pagaran a algunos artistas para hacer una juerga.

Así, redactamos los estatutos, bajo una premisa principal: "Conservar, proteger y divulgar el flamenco y sus raíces". Ahora, años después, aquellos pioneros nos sentimos orgullosos de nuestro trabajo y de los resultados, porque hemos defendido "la cultura folclórica más importante del mundo, y ésta tiene su cuna y su raíz en nuestra tierra andaluza".

Pero... ¡ay!, siempre hay un "pero", aún queda mucho por hacer: "El flamenco que, como tal, todo el mundo conoce, es estudiado y admirado por medio mundo, hasta en los puntos más distantes de nuestra tierra, pero a la vez es muy desconocido para la mayoría de los andaluces".

Sede permanente: siguiendo con nuestra pequeña gran historia, los socios de El Piyayo, una vez aprobados los estatutos, nos pusimos en contacto con el Ayuntamiento, para ofrecerle nuestro proyecto. El Ayuntamiento respondió afirmativamente, en la persona del entonces concejal de Cultura, José Luis Gutiérrez Anaya. Por su mediación conseguimos el local de nuestra actual sede, un apoyo oficial y otro, quizá más importante, el moral. Acondicionamos el local, dándole la estructura y el ambiente perfecto para oír el flamenco, del que hoy todos nos sentimos orgullosos. Paco Alonso donó su arte pictórico en la sala principal, constituyendo el mejor decorado al arte flamenco andaluz.

Pronto se instituyeron algunos de nuestros objetivos: crear una escuela de toque de guitarra flamenca, una escuela de baile y las jornadas de estudios del flamenco.

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