viernes, 3 de junio de 2011

La visita de la Peña Flamenca de Ronda nos dejó un buen recuerdo

Como teníamos anunciado, el pasado sábado día 28 de mayo, recibimos a una amplia representación de la Peña Flamenca de Ronda, "Tobalo, Fernanda y Bernarda", encabezada por su presidente, Francisco Caballero Caballero.

Nos dimos cita en la sede de nuestra peña tras un breve recorrido por las calles y el Paseo Marítimo de Rincón de la Victoria y una visita a la famosa Cueva del Tesoro, en torno a las dos y media de la tarde, hora a la que pasamos a la sala para compartir el almuerzo,

Al término del mismo, vino el cante, el toque y el baile que se alternaron artistas aficionados y profesionales, socios o vinculados estrechamente con ambas peñas.

 Nuestro presidente, Juan García Chaparro, se encargó de presentar a cada uno de los intervinientes, comenzando por el joven guitarrista Juan Carlos Gutiérrez que interpretó como solista dos composiciones del gran maestro Paco de Lucía: la rondeña Cueva del Gato y la famosísima rumba Entre dos aguas. Juan Carlos supo versionar ambas piezas dándole un toque personal y demostró disponer de una buena técnica interpretativa. Su actuación fue muy aplaudida.

A renglón seguido, subió al escenario Manolo Méndez, oriundo del Valle de Abdalajís pero residente en Ronda, quien nos hizo unas malagueñas al estilo de Juan Breva y terminó su intervención cantando la caña, todo ello, con el acompañamiento de Antonio Morales, vocal de la peña rondeña.

Luego correspondió el turno a nuestra peña y fue María del Carmen Lastre al cante y Pepe Reina al toque, ambos miembros de la directiva de nuestra peña, los primeros encargados de representarnos. María del Carmen se arrancó por alegrías para seguir con unas excelentes granaínas (dedicadas a su esposo) y rematar con dos fandangos de Huelva y uno de Alosno, al estilo de Paco Toronjo.
 
Sería el cantaor Paco Pereña, quien siguiera en el orden de actuación y lo hizo acompañado al toque por el guitarrista jerezano Agustín de la Fuente. Decidió empezar cantando por malagueñas que cerraría por rondeña de magnifica factura. Pero fue por seguiriyas donde más brilló Paco Pereña, porque las canto rebuscándose, gustándose, con sentimiento y jondura. Acabaría su actuación por fandangos en los que se acordó de Caracol y Chocolate. Arrancó los aplausos más calurosos de la tarde con todo merecimiento.

Como es habitual, en estos actos solemos contar con la presencia de Pepe Soto, hijo de la afamada Niña de la Puebla, que siempre está dispuesto a ofrecernos su arte a pesar de estar retirado del mundo artístico. Pepe Soto, acompañado al toque por Pepe Reina, nos hizo unas peteneras y siguió cantando por diferentes estilos malagueñeros: malagueña, jabera, fandango de Málaga y verdial. Pepe Soto invitó al escenario a su amigo Paco Moreno para que recitara una semblanza, que serviría de prólogo al cante de El Piyayo que nos interpretó con gracia. Quiso terminar cantanto a dúo con María del Carmen Lastre la colombiana Serranía de Brasil, que en su día polularizaron sus padres la Niña de la Puebla y Luquitas de Marchena y que él también cantó con su hermana Adelfa Soto.

Cambiamos de aires y nos vamos a Cái. Aparece en el escenario Antonio Sanlúcar, de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), pero muy vinculado a la Peña Flamenca de Ronda. Con el acompañamiento a la guitarra de Agustín de la Fuente, quiso ofrecernos las bulerías por soleá de La Pompi a las que incluyó una letra de El Lebrijano de su disco Persecución. Antonio se disculpó por el estado de su garganta que se vio afectada por la mañana durante la visita a la cueva del Tesoro, pero a decir verdad, su buena actuación y su buen oficio, hizo que esta circunstancia pasara desapercibida. Terminó cantándonos por fandangos personales de muy buena factura.


 El colofón a este intercambio lo puso Virginia Pereña, joven bailaora perteneciente a la peña rondeña, que con el cante de Antonio Sanlúcar, la guitarra de Agustín de la Fuente y las palmas de Paco Pereña, bailó por alegrías con gestos de bailaora vieja, taconeo justo y sobrio, y desplantes muy flamencos. Y cómo no, fin de fiesta por bulerías que puso cierre a este encuentro que, por la calidad mostrada por todos los artistas y la cordialidad que reinó entre los socios de ambas entidades, podemos decir que fue una jornada de las que quedarán para el recuerdo de la Peña Flamenca El Piyayo.